La reciente sentencia del Tribunal Supremo ha zanjado definitivamente una cuestión que generaba incertidumbre en muchas empresas: no es posible obtener indemnizaciones adicionales a las legalmente establecidas en casos de despido improcedente, independientemente de las circunstancias particulares del caso.
La decisión del Supremo: predictibilidad recuperada
El Pleno de la Sala Cuarta ha sido rotundo: la indemnización tasada de 33 días por año trabajado (máximo 24 mensualidades) es «adecuada» y cumple con los tratados internacionales. Esto significa que los costes de un despido improcedente son ahora completamente predecibles.
Un caso ilustrativo: un TSJ había reconocido una indemnización adicional de 5.410,36€ por «lucro cesante» además de la indemnización legal. El Supremo ha anulado esta práctica definitivamente.
Qué cambia en la práctica empresarial
1. Certeza en la planificación financiera
Ya no existe el riesgo de «sorpresas» judiciales que incrementen significativamente el coste de un despido improcedente. Esto permite:
- Calcular con exactitud el coste máximo de reestructuraciones
- Planificar presupuestos de RRHH con mayor precisión
- Evaluar económicamente estrategias de renovación de plantillas
2. Cambio en el equilibrio negocial
Antes, la posibilidad de indemnizaciones adicionales otorgaba a los trabajadores un elemento de presión en las negociaciones. Ahora, la balanza se reequilibra hacia la previsibilidad legal.
3. Reconsideración de estrategias de despido
Con costes fijos y predecibles, las empresas pueden:
- Evaluar más objetivamente cuándo procede un despido disciplinario (riesgo de improcedencia) versus otras alternativas
- Optimizar timing de decisiones en función de antigüedades y costes asociados
Los tratados internacionales: una barrera menos
El Supremo ha dejado claro que ni el Convenio OIT nº 158 ni la Carta Social Europea permiten incrementar las indemnizaciones. Incluso rechaza explícitamente las decisiones del Comité Europeo de Derechos Sociales que consideraban insuficientes las indemnizaciones españolas.
Implicación práctica: No hay expectativas razonables de que esta doctrina cambie por presión internacional.
Estrategias que cobran nueva relevancia
1. Optimización temporal
Con costes predecibles, es crucial optimizar el timing de las decisiones:
- Evaluar despidos antes de cumplirse años completos de antigüedad
- Considerar el impacto del periodo de prueba en nuevas contrataciones
- Planificar reestructuraciones considerando únicamente costes tasados
2. Refuerzo de procedimientos disciplinarios
Al eliminarse el riesgo de costes adicionales, cobra sentido invertir más en procedimientos rigurosos que minimicen riesgos de improcedencia:
- Documentación exhaustiva de incumplimientos
- Seguimiento de protocolos disciplinarios
- Formación de mandos en procedimientos
3. Revisión de políticas de RRHH
Es momento de revisar:
- Criterios para optar por despido disciplinario vs. objetivo
- Políticas de segunda oportunidad basadas en análisis coste-beneficio más preciso
- Estrategias de resolución de conflictos laborales
Un escenario más predecible para la empresa
Esta sentencia representa una vuelta a la ortodoxia legal tras años de incertidumbre judicial. Para las empresas, significa recuperar el control total sobre los costes laborales derivados de despidos improcedentes.
Sin embargo, esto no debe interpretarse como una «carta blanca» para despidos injustificados. La clave está en aprovechar esta predictibilidad para desarrollar estrategias de RRHH más sofisticadas y eficientes.
Próximos pasos recomendados
- Auditar procedimientos actuales de despido para aprovechar la nueva seguridad jurídica
- Recalcular costes de reestructuraciones pendientes con datos actualizados
- Formar al equipo directivo en las implicaciones prácticas de esta nueva doctrina
- Revisar políticas internas de RRHH bajo el nuevo marco de predictibilidad
La gestión inteligente de recursos humanos ahora dispone de una variable menos de incertidumbre. Aprovechar esta nueva estabilidad jurídica para desarrollar estrategias más eficaces es la clave del éxito empresarial en este nuevo escenario.
La correcta interpretación de estos cambios normativos y su aplicación a cada situación empresarial específica requiere análisis especializado que considere las particularidades de cada sector y modelo de negocio.

